Fantástica ruta de montaña que a medida que pasaban los kilómetros se fue convirtiendo en descenso y enduro 😉
Eran las 9 de la mañana cuando 12 bikers comenzábamos lo que iba a ser una de las mejores y técnicas rutas que hemos realizado hasta la fecha (gracias Cigala).
Pronto nos dimos cuenta que había que estar muy concentrado en el asunto ya que te podías ir a suelo en décimas de segundo…
Subimos al Cerro del Telégrafo, que por cierto ha quedao bien después de las obras. Tan solo falta algo de decoración en el interior (con 4 muebles de IKEA queda como Dios…). Parecía un loft.
Nos hicimos una foto y salimos pitando por unas trialeras que eran trampas en toda regla. Alguno salió volando cual superhéroe de cómic… 😉
Cada vez estábamos más contentos de haber ido. Trialera payá, trialera paká. Senderito por aquí, senderito por allá. La verdad que fue una ruta corta pero exigente; con unos rampones que hacían subir las pulsaciones de lo lindo a más de uno 🙂
Rodeamos el Embalse de Navacerrada (sin gota de agua) por una de las zonas menos técnicas de toda la ruta y llegamos al pueblo en un pie pava o periquete.
Ah, tuvimos la suerte de contar con la asistencia de Doña Rogelia y Monchito; parecía que no habían visto una piedra en su vida. Menos mal que entre ellos se cuidaron mutuamente en todo el trayecto 😉
– Hermoso, se me baja el refajo con tanta piedra copón – gruñía Doña Rogelia.
– Si lo sé no vengo; menos mal que Macario no ha venido – respondió Monchito.
Ya con la hora encima nos libramos de una trampa que nos quería mostrar Cigala (la verdad, una pena…).
Terminamos la ruta con una sonrisa de oreja a oreja. Felices como una perdiz. Hemos disfrutado muchísimo 🙂
Gracias a todos por asistir. Por el compañerismo y el buen humor que habéis demostrado. Es un lujo pedalear así.
Os dejamos el track y unos buenos recuerdos.
Saludos,